La delicadeza es, sobre todo patente en el trato de padres a hijos.
Comparar el tamaño de la manita de Noé con la de su padre es todo un detalle de cariño y ternura.
Cálido, íntimo y muy tierno.
El abrazo de unos padres a su recién nacido no tiene descripción por ello una fotografía que captura el momento el el mejor premio a la paternidad.