Un día, cuando hacía frío y veíamos copos de nieve caer, fuimos a un lugar especial lleno de luces brillantes y cosas bonitas de Navidad. Había un árbol gigante, y todos estábamos felices y emocionados.

Primero, jugamos con bolas de nieve. ¡Fue genial! Mi mamá y yo nos lanzamos bolas de nieve y nos reímos mucho. La nieve volaba por todas partes, y yo creo que gané. ¡Ja, ja!

Luego, fuimos a decorar un árbol de Navidad. Había luces brillantes y adornos coloridos. Mi mamá y yo pusimos las bolas y las estrellas en el árbol. ¡Fue como hacer magia!

Cada vez que el fotógrafo tomaba una foto, mi mamá y yo nos abrazábamos y sonreíamos mucho. Fue como si estuviéramos contando historias con nuestras sonrisas y abrazos. Las fotos quedaron preciosas.

Fue un día súper especial. La Navidad estaba en el aire, y yo sentí mucho amor con mi mamá. ¡Fue como si la magia de la Navidad estuviera en cada foto que tomamos!